martes, 14 de agosto de 2012

Etapas

Primera infancia


El niño con síndrome de Down que ha sido estimulado adecuadamente es capaz de jugar solo y divertirse, experimentando cómo funcionan las cosas que tiene a su alcance, pero conviene que vosotros, sus padres, así como sus hermanos o amigos, jueguen y compartan actividades con él, pues será un tiempo inestimable para reforzar lazos e impulsar su desarrollo.

Segunda infancia

Los niños con síndrome de Down se desarrollan muy deprisa en los primeros años, pero en la segunda infancia su evolución tiene un ritmo más pausado.

En esta etapa, continúan ganando fuerza y destreza en sus movimientos, son cada vez más autónomos y capaces de lograr las metas que se proponen, aunque estos progresos se producen con mayor lentitud.
 
 
 

Adolescencia

La adolescencia es una etapa complicada, que suele alterar la convivencia de las familias. Los adolescentes con síndrome de Down tienen, como cualquier persona de su edad, conflictos en la relación familiar, por lo que a menudo prefieren estar con sus amigos.  

En estos años aparecen muchos cambios físicos y suele surgir el primer amor. Se hace más fuerte el deseo de independencia y de realizar las actividades que ven hacer a otros jóvenes. Algunos padres tienden a sobreproteger a sus hijos con discapacidad y rechazan este impulso.



lunes, 13 de agosto de 2012

DESARROLLO


Los niños con síndrome de Down se desarrollan muy deprisa en los primeros años, pero en la segunda infancia su evolución tiene un ritmo más pausado. Continúan ganando fuerza y destreza en sus movimientos, son cada vez más autónomos y capaces de lograr las metas que se proponen, aunque estos progresos se producen con mayor lentitud.

Qué cambios físicos va a tener nuestro hijo


La altura y el peso de los niños con trisomía 21, entre los seis y los doce años, aumentan más despacio que en la etapa anterior. Del mismo modo, la psicomotricidad fina y gruesa siguen mejorando y el niño va adquiriendo destrezas, pero sus logros son más lentos. Las niñas cambian más en esta etapa, muchas comienzan a desarrollar las características sexuales secundarias a partir de los diez años.
En cuanto a la dentición, ocurre lo mismo, los niños pierden sus dientes de leche y aparecen los dientes definitivos, en un proceso más lento que el de los niños sin discapacidad.

Aprendizaje y desarrollo

Qué otros cambios podemos esperar de esta etapa


Su hijo continuará aprendiendo y progresando tanto en sus habilidades lingüísticas, como en la adquisición de conocimientos y habilidades sociales, especialmente si tiene un ambiente familiar propicio y un entorno escolar de integración o en el que se promueva su desarrollo global.

Cómo podemos ayudarle


Como en la primera infancia, establece una rutina diaria, realizando las actividades de cada día en el mismo orden y aproximadamente a la misma hora, puesto que ayuda y tranquiliza a los niños saber lo que tienen que hacer a continuación.

Ayudará a su hijo, asimismo, tener una autoestima alta y saber valorarse, para ello será muy bueno que alabes lo que realice adecuadamente. Debe aprender también a cuidar su cuerpo con un buen aseo diario y vestir de forma correcta, evitando estridencias y utilizando ropa similar a la de sus amigos. No olvidéis que una buena apariencia personal influye positivamente en la integración social.

Aprendizaje y desarrollo 

Educación

Sí. Como para todos los niños, asistir al colegio será fundamental para su desarrollo. A ustedes les corresponde elegir el colegio de su hijo, que puede ser un colegio de integración, por ejemplo el mismo al que van sus hermanos, si los tiene, o un colegio de educación especial. 
El niño con esta discapacidad imita lo que ve a su alrededor, por lo que, en un centro educativo ordinario, aprenderá mucho de los niños con los que se relacione. Por otra parte, esta experiencia le permitirá estar preparado para el futuro, puesto que su entorno estará formado tanto por personas con discapacidad como sin ella, especialmente cuando alcance la juventud y madurez, así como en una posterior inserción laboral.

Actualmente, muchos niños con dificultades sensoriales, intelectuales o físicas están integrados en centros ordinarios, en los que el programa de enseñanza se adapta a sus necesidades y en los que el equipo educativo promueve la integración en las aulas. En el caso de los niños con síndrome de Down, estas adaptaciones son más necesarias a medida que avanzan en el sistema escolar, por lo que algunos padres optan por llevar a sus hijos a centros especiales pasados los primeros años de escolarización

Hará amigos en la guardería, en el colegio, entre los vecinos o los hijos de sus amigos, como cualquier niño. Los amigos que haga de pequeño seguramente se mantendrán durante años si continúan estudiando juntos o viviendo cerca.
Algunos adolescentes y jóvenes encuentran más fácil hacer amigos con síndrome de Down que amigos sin discapacidad. Esto depende de cada uno y de los rasgos de su personalidad

viernes, 10 de agosto de 2012

Primeras preguntas

Mi hijo con síndrome de Down



El síndrome de Down

 

¿Qué es el síndrome de Down?


El síndrome de Down es una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra o una parte de él. El cromosoma es la estructura que contiene el ADN. Las células del cuerpo humano tienen 46 cromosomas distribuidos en 23 pares. Uno de estos pares determina el sexo del individuo, los otros 22 se numeran del 1 al 22 en función de su tamaño decreciente. Las personas con síndrome de Down tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de los dos que existen habitualmente; por ello este síndrome también se conoce como trisomía 21.

¿Por qué ocurre?


Esta alteración congénita se produce de forma espontánea, sin que exista una causa aparente sobre la que se pueda actuar para impedirlo. Se produce en todas las etnias, en todos los países, con una incidencia de una por cada 750 concepciones en el mundo. Únicamente se ha demostrado un factor de riesgo, la edad materna y, de manera muy excepcional, un 1% de los casos se produce por herencia de los progenitores.

¿Puede curarse el síndrome de Down?


El síndrome de Down no es una enfermedad y por tanto no puede curarse. Es una alteración en el equilibrio genético que altera el funcionamiento normal del organismo, ocasionando un desarrollo más lento. Sin embargo, las habilidades y destrezas de vuestro hijo no dependerán únicamente de los factores genéticos, sino también de la estimulación y apoyo que reciba desde su nacimiento. Esta estimulación, que se conoce como atención temprana, es la única terapia que ha demostrado ser efectiva.

¿Cómo sabemos qué grado de síndrome de Down tiene nuestro hijo?


Existe la creencia de que hay diferentes grados o niveles de síndrome de Down. Esto es completamente erróneo. Lo que ocurre es que las características genéticas de la trisomía 21 provocan una alteración diferente en cada persona en las áreas cognitiva (conciencia de sí mismo y su entorno), motora (movimiento) y lingüística.

Dependiendo de cómo sea esta alteración, así serán las aptitudes innatas de la persona con síndrome de Down, lo que explica por qué existen diferencias entre ellas.

¿Cómo será nuestro bebé?


Como todos los bebés demandará una serie de cuidados físicos y atenciones: alimentación, cambio de pañales, horas de sueño, confort, y grandes dosis de cariño. Tendrá muchos rasgos físicos propios de vuestra familia además de los característicos de las personas con síndrome de Down. La discapacidad será sólo una característica más de vuestro hijo. Su personalidad, aficiones, ilusiones y proyectos serán los que verdaderamente le definan como persona.

¿Cuál será su esperanza media de vida?

Los avances en la investigación, así como la prevención de los problemas médicos asociados al síndrome de Down, han logrado que las personas con trisomía 21 hayan alcanzado una esperanza media de vida actual de sesenta años.