DESARROLLO
Los niños con síndrome de Down se desarrollan muy deprisa en los primeros años, pero en la segunda infancia su evolución tiene un ritmo más pausado. Continúan ganando fuerza y destreza en sus movimientos, son cada vez más autónomos y capaces de lograr las metas que se proponen, aunque estos progresos se producen con mayor lentitud.
Qué cambios físicos va a tener nuestro hijo
La altura y el peso de los niños con trisomía 21, entre los seis y los doce años, aumentan más despacio que en la etapa anterior. Del mismo modo, la psicomotricidad fina y gruesa siguen mejorando y el niño va adquiriendo destrezas, pero sus logros son más lentos. Las niñas cambian más en esta etapa, muchas comienzan a desarrollar las características sexuales secundarias a partir de los diez años.
En cuanto a la dentición, ocurre lo mismo, los niños pierden sus dientes de leche y aparecen los dientes definitivos, en un proceso más lento que el de los niños sin discapacidad.
Qué otros cambios podemos esperar de esta etapa
Su hijo continuará aprendiendo y progresando tanto en sus habilidades lingüísticas, como en la adquisición de conocimientos y habilidades sociales, especialmente si tiene un ambiente familiar propicio y un entorno escolar de integración o en el que se promueva su desarrollo global.
Cómo podemos ayudarle
Como en la primera infancia, establece una rutina diaria, realizando las actividades de cada día en el mismo orden y aproximadamente a la misma hora, puesto que ayuda y tranquiliza a los niños saber lo que tienen que hacer a continuación.
Ayudará a su hijo, asimismo, tener una autoestima alta y saber valorarse, para ello será muy bueno que alabes lo que realice adecuadamente. Debe aprender también a cuidar su cuerpo con un buen aseo diario y vestir de forma correcta, evitando estridencias y utilizando ropa similar a la de sus amigos. No olvidéis que una buena apariencia personal influye positivamente en la integración social.
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